El pasado día 22 de febrero conmemorábamos el aniversario de la
muerte de Antonio Machado. En esta semana de movilizaciones estudiantiles no
está de más recordar las palabras que Machado dedicaba a los más jóvenes por
boca de su apócrifo, Juan de Mairena:
“La política, señores -sigue hablando Mairena-, es una actividad
importantísima… Yo no os aconsejaré nunca el apoliticismo, sino, en último
término, el desdeño de la política mala que hacen trepadores y cucañistas, sin
otro propósito que el de obtener ganancia y colocar parientes. Vosotros debéis
hacer política, aunque otra cosa os digan los que pretenden hacerla sin
vosotros, y, naturalmente, contra vosotros. Sólo me atrevo a aconsejaros que la
hagáis a cara descubierta; en el peor caso con máscara política, sin disfraz de
otra cosa; por ejemplo: de literatura, de filosofía, de religión. Porque de
otro modo contribuiréis a degradar actividades tan excelentes, por lo menos,
como la política, y a enturbiar la política de tal suerte que ya no podamos
nunca entendernos.
Y a quien os eche en cara vuestros pocos años bien
podéis responderle que la política no ha de ser, necesariamente, cosa de
viejos. Hay movimientos politicos que tienen su punto de arranque en una
justificada rebelión de menores contra la inepcia de los sedicentes padres de
la patria. Esta política, vista desde el barullo juvenil, puede parecer
demasiado revolucionaria, siendo, en el fondo, perfectamente conservadora.
Hasta las madres -¿hay algo más conservador que una madre?- pudieran aconsejarla
con estas o parecidas palabras: “Toma el volante, niño, porque estoy viendo que
tu papá nos va a estrellar a todos -de una vez- en la cuneta del camino”.
Antonio Machado. Juan de Mairena. Sentencias, donaires, apuntes
y recuerdos de un profesor apócrifo.