NOVIEMBRE
Las
vidas que se enredan con tu vida,
sin
principio ni fin: gente que cruza
las
calles de tu alma y que sonríe,
que
se sienta a tu lado, que entrecruza
palabras,
casi nunca de amor, gestos banales,
un
día y otro día, años tal vez,
en
una ficción de eternidad; las gentes
y
las calles, ese rincón de tantas tardes
en
un café, los amigos de entonces,
los
de ahora, que tan lejos te miran,
los
nombres como llaves que no abren
ninguna
cerradura, alguna vez los vuelves
a
pronunciar en sueños, gente
que
ha doblado una esquina y que regresa
o
no regresa nunca o trae en la mano
extrañas
flores de un jardín remoto,
las
vidas que entretejen en tu vida
sus
cintas de colores: el azul de unos ojos,
las
manos que tuviste entre las tuyas,
palabras
de una noche susurrada,
desconocidas
vidas que han seguido su vida
lejos
de ti, y en ti, hasta que un día
-se
casó, ha muerto, nos vemos a menudo-
te
das cuenta de que fueron sólo
anónima
ceniza que esparce y desordena
sobre
el mar de tus días
el
impaciente viento de noviembre.
José Luis García Martín
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